Hola nuevamente a todos,
El parto como proceso
natural y fisiológico creo que en nuestro medio se ha ido convirtiendo en algo casi
exclusivamente hospitalario, lo que supone una mayor intervención médica
y tecnificación. En muchos casos estas prácticas pueden despersonalizar
y deshumanizar la atención al parto, uso de luces intensas, ruidos,
voces y la separación temprana del recién nacido de su madre. Resulta imprescindible por tanto darle el
significado y valor que merece la llegada al mundo de una nueva vida.
Continúando con las innumerables cosas que vamos "descubriendo" en ésta nueva andadura profesional, sin duda uno de los momentos más emocionantes y asombrosos, al menos para mí,
es cuando el bebé nace y es colocado
sobre el vientre de su madre, reptando hasta el pecho con la atenta mirada de
ella, guiado por el olor, estimulado además por el líquido amniótico del cual
sigue impregnado, chupándose los puños, dando patadas al vientre materno para
impulsarse y ayudar a la madre a devolver el útero a la posición normal.
Seguirá camino al pecho, él solo, buscando la fuente de nutrición que tanto
anhela, todo esto sobre su madre tranquila, disfrutando de este encuentro tan
esperado durante muchos meses, cuando no años en muchos casos.
Dependiendo del momento de inicio lo podemos dividir en CPP
inmediato, inmediatamente después del nacimiento o CPP precoz cuando se inicia
aproximadamente media hora después del parto.
Se establece como un tiempo prudente entre 50 minutos o más,
hasta 120 minutos aproximadamente. Un estudio arrojó que los bebés en contacto
piel con piel de más de 50 minutos sin interrupción, tenían 8 veces más probabilidad de realizar
una toma espontánea al pecho materno, que si el tiempo era menor de 50 minutos.
Muchos aconsejan directamente los 120
minutos para aprovechar las dos horas de
alerta tranquila o alerta sensitiva que tiene el bebé en ese momento.
El contacto piel con piel aporta diversos beneficios para ambos:
1.
Regulación de la temperatura corporal: Un recién
nacido no sufre hipotermia sobre el cuerpo de su madre si antes se asegura que
se seca bien y que el contacto piel con piel está siendo adecuado. Sobre el
cuerpo de su madre el bebé regula la temperatura, en estudios científicos se
comprobó que los bebés hipotérmicos (<36.5 grados centígrados), encima del
cuerpo materno aumentaban 0.8 grados centígrados en aproximadamente 60 min.
2.
El olor y los reflejos del niño: sobre el cuerpo
de la madre un bebé puede ejecutar de manera óptima todos sus reflejos,
succión, búsqueda, agarre. El olor materno es la guía que le permite al niño
encontrar el pecho. En 1994 Varendi encontró que el 73% de los niños en contacto
piel con piel se agarraba al pecho de la madre que no se había lavado.
3.
Movimientos del niño: asociado a la los reflejos
del bebé, él intenta “reptar” sobre el cuerpo de su madre para poder alcanzar
el pecho, hace movimientos con sus piernas, dando “pataditas” a la madre en la
zona abdominal, facilitando al útero su acomodación con todos los beneficios
que esto supone para ella.
4.
Buen inicio de la lactancia materna: si dejamos
que el bebé solo sobre el abdomen de la madre repte, busque el pecho y realice la primera succión,
se estaría garantizando o al menos contribuyendo a que se establezca la
lactancia materna de forma óptima, ya que el bebé por sí mismo realiza la
succión al pecho, grabando ésta como la forma adecuada de succionar facilitando
el agarre en las siguientes tomas. Además facilita la subida de la leche por el
estímulo que ejerce el bebé sobre el pecho, quien a su vez se beneficia de las
ventajas del calostro.
5.
Reducción del estrés materno infantil: el parto
supone un estrés para ambos, juntos piel con piel se disminuye satisfactoriamente; la succión al pecho relaja al bebé y la madre
secreta oxitocina que le proporciona bienestar, además el hecho de tener a su
hijo con ella le permite estar más tranquila mientras él o ella la contempla y
la reconoce.
6.
La alerta tranquila y la impronta: En las primeras dos horas
posparto, el bebé se encuentra en estado de alerta tranquila o periodo
sensitivo, está en la capacidad para reconocer a su madre, guiarse por el olor,
dirigir la atención a sonidos que le resulten familiares como la voz de ella.
El científico Konrad Lorenz realizó un estudio donde pudo constatar que las
crías establecen un contacto visual con su madre una vez nacen y les permite
identificarlas como tal. Esto le sucede
también al bebé quien establece contacto visual con la madre y la identifica.
7.
Menor llanto de los niños. Los niños que son
separados de su madre, lloran más que aquellos que se encuentran en contacto
piel con piel. El llanto es la forma que tiene de “reclamar” volver con su
madre, separado de ella es más propenso a presentar hipotermia. El llanto del
bebé separado se ha comparado al llanto (de angustia-desesperación) que se
aprecia en los cachorros recién nacidos de mamíferos con sistema
termorregulador inmaduro, que aparece con la separación y sólo cesa cuando se
les reúne con sus madres (Winberg, 2005). En bebés separados de su madre
el cortisol, hormona liberada en
situaciones de estrés se encuentra en la saliva, tres horas posteriores al
nacimiento.
Además de lo anterior ayuda a la Estabilidad
cardiorespiratoria y a la regulación de la glucosa para evitar hipoglucemia, en
el bebé y menor dolor por ingurgitación o congestión mamaria en la madre.
Por todo ello y más, creo que las madres deberían tener la libertad de decidir si desean tener a su hijo
en contacto piel a piel y cuándo finalizar el período de contacto. El
personal sanitario de las maternidades debería alentar a las madres a
tener un período prolongado de contacto piel a piel con sus hijos
y en un entorno calmado, siempre por supuesto que las condiciones lo permitan; así como garantizar que cualquier decisión de
no realizar esta práctica se tome después de recibir toda la información
acerca de los posibles beneficios del contacto piel a piel y, cuando no se pueda realizar por el motivo que sea
debería realizarse con el
padre.
Liliana Rodríguez Pañeda.
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