jueves, 17 de octubre de 2013

PIEL CON PIEL



        

 Hola nuevamente a todos,

 El parto como proceso natural y fisiológico creo que en nuestro medio se ha ido convirtiendo en algo casi exclusivamente hospitalario, lo que supone una mayor intervención médica y tecnificación. En muchos casos estas prácticas pueden despersonalizar y deshumanizar la atención al parto, uso de luces intensas, ruidos, voces y la separación temprana del recién nacido de su madre. Resulta imprescindible por tanto darle el  significado y valor que  merece  la llegada al mundo de una nueva vida. 

 Continúando con las innumerables cosas que vamos "descubriendo" en ésta nueva andadura profesional, sin duda uno de los momentos más emocionantes y asombrosos, al menos para mí,  es cuando el bebé  nace y es colocado sobre el vientre de su madre,  reptando  hasta el pecho con la atenta mirada de ella, guiado por el olor, estimulado además por el líquido amniótico del cual sigue impregnado, chupándose los puños, dando patadas al vientre materno para impulsarse y ayudar a la madre a devolver el útero a la posición normal. Seguirá camino al pecho, él solo, buscando la fuente de nutrición que tanto anhela, todo esto sobre su madre tranquila, disfrutando de este encuentro tan esperado durante muchos meses, cuando no años en muchos casos.

Dependiendo del momento de inicio lo podemos dividir en CPP inmediato, inmediatamente después del nacimiento o CPP precoz cuando se inicia aproximadamente media hora después del parto.

 Se establece como un tiempo prudente entre 50 minutos o más, hasta 120 minutos aproximadamente. Un estudio arrojó que los bebés en contacto piel con piel de más de 50 minutos sin interrupción,  tenían 8 veces más probabilidad de realizar una toma espontánea al pecho materno, que si el tiempo era menor de 50 minutos. Muchos aconsejan directamente  los 120 minutos  para aprovechar las dos horas de alerta tranquila o alerta sensitiva que tiene el bebé en ese momento. 





      










El contacto piel con piel aporta diversos beneficios para ambos: 


1.       Regulación de la temperatura corporal: Un recién nacido no sufre hipotermia sobre el cuerpo de su madre si antes se asegura que se seca bien y que el contacto piel con piel está siendo adecuado. Sobre el cuerpo de su madre el bebé regula la temperatura, en estudios científicos se comprobó que los bebés hipotérmicos (<36.5 grados centígrados), encima del cuerpo materno aumentaban 0.8 grados centígrados en aproximadamente 60 min.

2.       El olor y los reflejos del niño: sobre el cuerpo de la madre un bebé puede ejecutar de manera óptima todos sus reflejos, succión, búsqueda, agarre. El olor materno es la guía que le permite al niño encontrar el pecho. En 1994 Varendi  encontró que el 73% de los niños en contacto piel con piel se agarraba al pecho de la madre que no se había lavado.

3.       Movimientos del niño: asociado a la los reflejos del bebé, él intenta “reptar” sobre el cuerpo de su madre para poder alcanzar el pecho, hace movimientos con sus piernas, dando “pataditas” a la madre en la zona abdominal, facilitando al útero su acomodación con todos los beneficios que esto supone para ella.

4.       Buen inicio de la lactancia materna: si dejamos que el bebé solo sobre el abdomen de la madre repte, busque el pecho y realice la primera succión, se estaría garantizando o al menos contribuyendo a que se establezca la lactancia materna de forma óptima, ya que el bebé por sí mismo realiza la succión al pecho, grabando ésta como la forma adecuada de succionar facilitando el agarre en las siguientes tomas. Además facilita la subida de la leche por el estímulo que ejerce el bebé sobre el pecho, quien a su vez se beneficia de las ventajas del calostro.

5.       Reducción del estrés materno infantil: el parto supone un estrés para ambos, juntos piel con piel se disminuye satisfactoriamente;  la succión al pecho relaja al bebé y la madre secreta oxitocina que le proporciona bienestar, además el hecho de tener a su hijo con ella le permite estar más tranquila mientras él o ella la contempla y la reconoce.

6.       La alerta tranquila y la impronta: En las primeras dos horas posparto, el bebé se encuentra en estado de alerta tranquila o periodo sensitivo, está en la capacidad para reconocer a su madre, guiarse por el olor, dirigir la atención a sonidos que le resulten familiares como la voz de ella. El científico Konrad Lorenz realizó un estudio donde pudo constatar que las crías establecen un contacto visual con su madre una vez nacen y les permite identificarlas  como tal. Esto le sucede también al bebé quien establece contacto visual con la madre y la identifica.

7.       Menor llanto de los niños. Los niños que son separados de su madre, lloran más que aquellos que se encuentran en contacto piel con piel. El llanto es la forma que tiene de “reclamar” volver con su madre, separado de ella es más propenso a presentar hipotermia. El llanto del bebé separado se ha comparado al llanto (de angustia-desesperación) que se aprecia en los cachorros recién nacidos de mamíferos con sistema termorregulador inmaduro, que aparece con la separación y sólo cesa cuando se les reúne con sus madres (Winberg, 2005). En bebés separados de su madre el  cortisol, hormona liberada en situaciones de estrés se encuentra en la saliva, tres horas posteriores al nacimiento.



Además de lo anterior ayuda a la Estabilidad cardiorespiratoria y a la regulación de la glucosa para evitar hipoglucemia, en el bebé y menor dolor por ingurgitación o congestión mamaria en la madre.


Por todo ello y más, creo que las madres deberían tener la libertad de decidir si desean tener a su hijo en contacto piel a piel y cuándo finalizar el período de contacto. El personal sanitario de las maternidades debería alentar a las madres a tener un período prolongado de contacto piel a piel con sus hijos y en un entorno calmado, siempre por supuesto que las condiciones lo permitan; así como garantizar que cualquier decisión de no realizar esta práctica se tome después de recibir toda la información acerca de los posibles beneficios del contacto piel a piel y, cuando  no se pueda realizar por el motivo que sea debería realizarse con el padre.

Liliana Rodríguez Pañeda.








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